El dengue, ¿qué es?

 
 El dengue es una enfermedad viral aguda, producida por el virus del dengue, transmitida por el mosquito Aedes aegypti o el mosquito Aedes albopictus  que se crían en el agua acumulada en recipientes y objetos en desuso.  Esta enfermedad es más frecuente en niños, adolescentes y adultos jóvenes.

 Se caracteriza por una fiebre de aparición súbita que dura de 3 a 7 días acompañada de dolor de cabeza, articulaciones y músculos. Una variedad potencialmente mortal de la fiebre d el dengue es el dengue grave o dengue hemorrágico que cursa con pérdida d e líquido o sangrados o daño grave de órganos, que puede desencadenar la muerte.


 Es una misma enfermedad, con distintas manifestaciones, transmitidas por el predominante en áreas tropicales y subtropicales (África,  norte de Australia, Sudamérica, Centroamérica y México); aunque desde la primera década del  siglo XX se han reportado casos epidémicos en otras regiones de Norteamérica y en Europa.

Las primeras epidemias se produjeron casi simultáneamente en Asia, África y América del Norte en 1781. La enfermedad fue identificada y nombrada como tal en 1779. Una pandemia mundial comenzó en el sudeste de Asia en los años 1950 y 1975 por dengue hemorrágico —que se ha convertido en una de las principales causas de muerte entre los niños de diversos países de esa región—. El dengue como epidemia se ha vuelto más común desde la década de 1980.

Mariposas mutantes por radiación de Fukushina

Investigadores aseguran que la crisis nuclear en Fukushima iniciada tras el tsunami que asoló el noreste nipón en marzo de 2011 provocó "la masiva liberación de material radiactivo al medio ambiente", que causó "daños fisiológicos y genéticos" en las mariposas Zizeeria, una especie muy común en Japón.

  Un grupo de científicos japoneses ha descubierto mutaciones genéticas en mariposas expuestas a la radiación en el área en torno a la central atómica de Fukushima, epicentro de la crisis nuclear de 2011, según un artículo publicado en el portal "Scientific reports" de la revista científica "Nature".

Marte, otro paso en la conquista del futuro.


 
   En una demostración del genio tecnológico, la sonda Curiosity penetró los cielos rojizos de Marte, posándose suavemente en el interior de un cráter gigante para iniciar la misión más ambiciosa realizada hasta ahora por la ciencia en el planeta rojo.

La NASA (Agencia Aeroespacial Estadounidense) dijo que recibió una señal del robot Curiosity poco después de que penetró la atmósfera marciana, una etapa que fue calificada como "siete minutos de terror", destacó AP. Un coro de aplausos y de ovación resonó a esa misma hora por el Laboratorio de Propulsión a Chorro después que la sonda interplanetaria de mayor nivel de tecnología existente sobrevivió el ingreso a través de la rala atmósfera de Marte.

"Aterrizaje confirmado", dijo el ingeniero Allen Chen. "Estamos seguros en Marte", agregó el científico. Minutos después, la sonda Curiosity respondió enviando las primeras fotografías en blanco y negro del interior del cráter en las que se reflejaban su rueda y su sombra, delineada por la luz del Sol de la tarde. "Al parecer aterrizamos en una buena zona plana. Linda, realmente linda", acotó Adam Steltzner, ingeniero que dirigió al equipo que concibió el ingenioso método de aterrizaje.

En cuentran fisura bajo la Antartida


 
Un equipo de científicos del Reino Unido junto a colegas de Escocia hallaron en la Antártida Occidental un valle bajo el hielo que está derritiéndose más rápidamente que cualquier otra parte del continente.

Expertos de la Investigación Antártica Británica (British Antarctic Survey, BAS) junto a sus colegas de la Universidad de Aberdeen (Escocia) han descubierto una fisura bajo la corriente de hielo Ferrigno, en la Antártica Occidental.

Los investigadores dicen que el tamaño del valle es comparable con el del Gran Cañón del Colorado en EE.UU. El hallazgo revela que el hielo que llena el antiguo valle bajo esta región está conectado con el océano, lo cual favorece la pérdida de masa helada.

El océano transmite a través de esta fisura su potencial calorífico tierra adentro y favorece la fusión del hielo, por lo que ésta es la región de la Antártida que más hielo pierde cada año. Sólo este valle es responsable del 10% del aumento del nivel de los océanos, informó el artículo publicado en la revista Nature.